El término remontado proviene del participio pasado de remontar, que implica elevar o superar algo.
En el ámbito arquitectónico, se refiere a un arco remontado, caracterizado por tener una altura que excede la mitad de su luz, lo que le confiere una estética particular y funcionalidad en la construcción.
Por otro lado, remontada se utiliza para describir el acto de recuperar una situación desfavorable, especialmente en deportes.