La reproducción de los anfibios es un proceso fascinante que se inicia con el apareamiento de ranas y salamandras, especialmente en primavera.
Durante esta época, los machos croan para atraer a las hembras, quienes son sujetadas para la fecundación.
Mientras algunas especies optan por la fecundación externa, otras, como las salamandras, utilizan la fecundación interna.
Los huevos son depositados en diversos entornos acuáticos, asegurando así la protección de la prole.
reproducción de los anfibios
El apareamiento de las ranas, suele ocurrir al iniciarse la primavera en las zonas templadas. Un coro disparatado de anfibios croadores anuncia el comienzo de la época de la reproducción. Los machos sujetan a las hembras con sus extremidades anteriores y van fecundando los óvulos a medida que ellas los expulsan al exterior, antes de que sean envueltos en una masa gelatinosa. En las salamandras la fecundación es interna y las hembras se apoderan de los espermatóforos mediante los labios de la cloaca. Muchas ranas y salamandras ponen los huevos de modo que forman grupos adheridos a las ramas o las hierbas sumergidas, en aguas someras. Los sapos producen largos cordones de huevos; algunas salamandras los ponen en dos largas cadenas. Otra clase de salamandras fijan sus huevos en la parte inferior de un canto rodado, en agua corriente, mientras que otras ponen unos pocos en un tronco podrido o debajo de una piedra y protegen su contorno para mayor seguridad de su prole. El curioso sapo partero europeo lleva sus huevos en cordones enrollados a sus patas. Todavía es más curioso el sapo de Sur imán, que transporta los huevos en unas celdas abiertas en la piel del dorso, donde, al completar su metamorfosis, nacén las crías en forma de pequeños sapos. El tiempo que pasan en estado larvario varía en cada especie; algunas formas tropicales emplean sólo unas semanas, mientras que la rana gigante norteamericana puede pasar tres veranos en forma de renacuajo. Numerosos caracteres sexuales secundarios hállanse asociados con la época de la reproducción. En las salamandras pueden observarse glándulas afrodisíacas prominentes y abultados surcos y dientes nasales durante la época del celo. En los pulgares de las ranas y en los anuros suelen aparecer unas callosidades, grandes tímpanos y voluminosos sacos bucales.