El término requiéscat in pace proviene del latín y se traduce literalmente como descanse en paz.
Esta expresión se utiliza principalmente en la liturgia y en inscripciones mortuorias para rendir homenaje a los difuntos, deseando que encuentren la tranquilidad eterna.
Además, en un sentido más amplio, se aplica a situaciones o cosas que se consideran fenecidas o concluidas, marcando el final de un ciclo.