La rosca de Arquímedes, o tornillo de Arquímedes, es un ingenioso dispositivo hidráulico utilizado para elevar agua.
Consiste en un tubo en forma de hélice enrollado alrededor de un cilindro giratorio, sumergido en el depósito de líquido.
Este invento, creado por el genio griego Arquímedes, se basa en principios mecánicos y físicos que facilitan el transporte de líquidos de niveles inferiores a superiores de manera eficiente.
Es una herramienta fundamental en la ingeniería hidráulica desde tiempos antiguos.
Aparato para elevar agua, consistente en un tubo arrollado en hélice alrededor de un cilindro giratorio sobre su eje, oblicuo al horizonte, y cuya base se sumerge en el depósito.
La rosca de Arquímedes, también conocida como tornillo de Arquímedes, es uno de los inventos más ingeniosos y antiguos en la historia de la ingeniería hidráulica.
Su funcionamiento se basa en principios de mecánica y física que permiten transportar líquidos desde niveles más bajos a niveles más altos con relativa facilidad.
Este dispositivo fue atribuido al matemático e inventor griego Arquímedes de Siracusa, quien vivió en el siglo III a.C.
El diseño del tornillo de Arquímedes es simple pero efectivo: Cuando el cilindro gira, el tubo helicoidal dentro del cilindro atrapa el agua en sus espirales y la empuja hacia arriba a medida que sigue girando.
La inclinación del aparato y la rotación continua permiten que el líquido ascienda por el tubo hasta alcanzar el extremo superior, donde puede ser descargado en otro depósito o canal.
Este mecanismo ha sido utilizado históricamente para diversas aplicaciones, incluyendo el riego de campos agrícolas, el drenaje de minas y la elevación de agua para sistemas de abastecimiento urbano.
A pesar de su antigüedad, la rosca de Arquímedes sigue siendo relevante hoy en día y se emplea en algunas instalaciones modernas debido a su eficiencia y simplicidad.
Además de su uso práctico, la rosca de Arquímedes ha inspirado numerosos estudios y desarrollos en el campo de la ingeniería mecánica y la hidráulica.
Su principio básico ha sido adaptado para diseñar bombas y otros dispositivos que requieren el transporte eficiente de fluidos.