El término rubicón proviene de un río en Italia, famoso por ser el límite que Julio César cruzó, desafiando a la República Romana.
En su uso figurado, pasar el rubicón se refiere a tomar una decisión crucial que implica asumir un riesgo significativo.
Esta expresión simboliza un punto de no retorno, donde las acciones emprendidas pueden tener consecuencias irreversibles, marcando un antes y un después en la vida de una persona o en una situación.