El término sabanazo se utiliza en Cuba para referirse a una sabana o pradera de dimensiones reducidas.
Este concepto evoca paisajes naturales donde la vegetación es predominante, pero en un espacio limitado.
La palabra refleja la conexión de la cultura cubana con su entorno, destacando la importancia de estos ecosistemas en la vida cotidiana y en la identidad local.
Así, el sabanazo se convierte en un símbolo de la diversidad geográfica de la isla.