La palabra saga tiene diversas connotaciones, pero una de sus acepciones más intrigantes se refiere a una mujer que se presenta como adivina, utilizando su supuesta habilidad para realizar encantos o maleficios.
Este significado evoca imágenes de misticismo y magia, donde la figura femenina juega un papel central en la práctica de lo sobrenatural.
La saga representa así un vínculo entre lo real y lo fantástico, desafiando la percepción de la realidad.