El término saltatumbas se refiere a un clérigo que se dedica, de manera despectiva, a obtener ingresos principalmente a través de su participación en entierros.
Esta figura, asociada a la muerte y al luto, es vista con desdén por su enfoque en lucrar con la tristeza ajena.
Su uso refleja una crítica hacia aquellos que aprovechan situaciones dolorosas para beneficio personal, convirtiendo el acto de acompañar en un negocio.