El término samurear proviene del español de Venezuela y se refiere a la acción de andar con el cuerpo inclinado, como si se estuviera recelando o tratando de prevenirse de algún peligro.
Esta postura refleja una actitud de cautela y alerta, característica de quienes se sienten amenazados o inseguros en su entorno.
Así, samurear encapsula una forma de moverse que denota desconfianza y precaución.