El término sanctórum se refiere a una cuota que cada miembro de una familia en Filipinas aportaba para el sostenimiento del culto religioso.
Esta contribución era fundamental para mantener las actividades y servicios de la iglesia, reflejando la importancia de la religión en la vida comunitaria.
Así, el concepto de sanctórum no solo implica un aspecto económico, sino también un compromiso con la fe y la tradición.