El término sangrador del común se refiere a un oficio que existía en el contexto de la corte y la nobleza.
Este profesional se encargaba de realizar prácticas de sangrado, una técnica médica utilizada para tratar diversas enfermedades, especialmente entre la servidumbre subalterna de la casa real.
Su labor era fundamental en un tiempo donde la medicina carecía de los avances actuales, y su papel reflejaba la jerarquía social de la época.