La sangría del árbol es un proceso esencial para la obtención de caucho, que se realiza mediante una incisión en la corteza del árbol, preferentemente en ejemplares de al menos 5 o 6 años.
Esta técnica permite extraer el látex, un jugo lechoso que fluye a través de finos tubos internos.
Al realizar cortes específicos, se recoge el látex en un recipiente, donde se encuentra un 35% de caucho, vital para diversas aplicaciones industriales.
sangría del árbol (obtención) del caucho
El látex, jugo lechoso que se forma en una red de finos tubos que se extienden por la parte interior de la corteza, se obtiene practicando en ésta una incisión, preferentemente después de que los árboles hayan alcanzado la edad dicha de 5 o 6 años y una circunferencia de por lo menos 20 cm. Para verificar la incisión se usa un cuchillo especial de hoja afilada terminada en gancho. Entres los varios métodos usados, el más sencillo consiste en practicar desde 1 m de altura hasta cerca del suelo un corte vertical poco profundo, al que se unen otro u otros diagonales para formar una especie de espiga. Ha de cuidarse mucho de no herir la capa del «cámbium». El látex exuda poco a poco desde la parte superior de la incisión hasta casi la base del árbol por el canal vertical, en cuya base se recoge en un vaso de porcelana o vidrio. El látex, que contiene un promedio de 35 % de caucho, es un líquido fluido, lechoso, blanco, compuesto de finas partículas de caucho dispersas en un suero acuoso más pesado. Los árboles son objeto generalmente de sangría diaria, aunque en ciertas plantaciones es preferible sangrarlos en días alternos. Conviene conceder a los árboles periodos de descanso a intervalos variables que dependerán de su estado. Las incisiones se practican en el frescor de la mañana. El látex rezuma de los vasos abiertos, que al cabo de una hora empiezan a obstruirse con coágulos de caucho.