Santificante es un adjetivo que se utiliza para describir aquello que tiene la capacidad de santificar, es decir, de hacer sagrado o consagrar algo.
En el ámbito religioso, se refiere a aquello que tiene la virtud de purificar el alma y acercar a Dios a través de la gracia divina.
En la teología cristiana, se considera que los sacramentos son santificantes, ya que son medios instituidos por Cristo para conferir la gracia divina y santificar a los fieles.
A través de la participación en los sacramentos, como el bautismo, la confirmación o la eucaristía, se cree que se obtiene la santificación y se fortalece la relación con Dios.
En un sentido más amplio, cualquier acción o práctica que conduzca a la purificación del alma y al acercamiento a lo divino puede considerarse santificante. La oración, la meditación, la caridad y la práctica de las virtudes son ejemplos de actividades que pueden tener un efecto santificador en la vida de las personas.
Ejemplos de uso: "En la ceremonia de confirmación, recibimos la gracia santificante que fortalece nuestra fe".
"La oración es una práctica santificante que nos acerca a Dios y purifica nuestro espíritu".
"La caridad es una virtud santificante que nos lleva a ayudar a los demás desinteresadamente".
"A través del sacramento del bautismo, se obtiene la gracia santificante que nos une a la comunidad cristiana".
"La meditación diaria es una práctica santificante que nos ayuda a encontrar paz interior y conexión con lo divino".
Etimología u origen de la palabra santificante: del antiguo participio activo de santificar.