La palabra sarsa tiene dos acepciones en el ámbito familiar y coloquial.
En primer lugar, se utiliza como un término despectivo para referirse a un marica, es decir, a un hombre que muestra comportamientos considerados afeminados.
En segundo lugar, sarsa también designa a la urraca, un tipo de ave conocida por su plumaje negro y blanco y su carácter curioso.
Ambas acepciones reflejan el uso variado y cultural de esta palabra.
Origen etimológico de sarasa: proviene de zaraza, y este a su vez del antiguo ceraza, de cera y con el sufijo -aza , de la palabra latina cera, de origen desconocido, cognado de la palabra griega antigua κηρός (kērós)