La siembra del césped es un proceso que implica la elección cuidadosa de la semilla adecuada, considerando factores como el tipo de suelo, la iluminación y las condiciones ambientales.
En terrenos difíciles, donde la hierba no prospera, se pueden optar por plantas alternativas como la pervinca o la hiedra inglesa.
Este proceso se realiza preferentemente en primavera y otoño, buscando siempre las mejores condiciones para un crecimiento saludable.
Al seleccionar la semilla de césped, ha de tenerse en cuenta el terreno donde se va a utilizar, el tipo de suelo, cantidad de luz y otras condiciones ambientales. Cuando la excesiva inclinación, el suelo inadecuado o el lugar sombrío no aconsejan la siembra de hierba, pueden cultivarse otras plantas como la pervinca (Vinca minor), la euforbia japonesa (Pachysandra terminalis) y la hiedra inglesa (Hedera helix), que dan buen resultado en lugares sombríos. Puede, además, establecerse el césped plantando estolones, colocando tepes o trasplantando plantas. Cualquiera que sea el método, la hierba se planta durante el tiempo fresco de primavera y otoño; la semilla se siembra a veces sobre las capas de las últimas nevadas de primavera.