Siervo y
sierva son términos que hacen referencia a dos significados distintos.
En primer lugar, se refieren a una persona que se encuentra en condición de servidumbre o esclavitud, sometida a la voluntad de su amo o señor, careciendo de libertad personal.
Históricamente, los siervos eran considerados propiedad de sus amos, quienes tenían poder absoluto sobre ellos.
Por otro lado, en un contexto religioso, un
siervo o
sierva es aquel individuo que ha hecho votos religiosos en ciertas órdenes o congregaciones, dedicando su vida al servicio de Dios y la comunidad.
Esta entrega voluntaria implica compromiso espiritual hacia una vida de pobreza, castidad y obediencia, según los preceptos de su orden religiosa.