La difteria es una enfermedad infecciosa que presenta una serie de sintomas característicos tras un periodo de incubación de dos a siete días.
Inicialmente, los afectados pueden experimentar síntomas leves similares a un resfriado, como dolor de garganta y malestar general.
Con el tiempo, la fiebre puede aumentar y aparecerán manchas gris amarillentas en las amígdalas, que pueden evolucionar a una falsa membrana característica de la enfermedad.
síntomas de la difteria
Entre la infección y la aparición de los primeros síntomas transcurren normalmente de dos a siete días (v. Incubación). En los individuos parcialmente inmunes la enfermedad se presenta acompañada de síntomas leves semejantes a los de un constipado común, tal vez con ligero dolor de garganta. En reacciones más graves, el paciente se queja generalmente de dolor de cabeza y de una vaga sensación de malestar al principio. Es frecuente la fiebre de 38 a 39°. Al cabo de un día empiezan a aparecer puntos de un color gris amarillento en las amígdalas. Estos puntos se extienden rápidamente hasta formar una lámina compacta, la falsa membrana que da nombre a la enfermedad, aunque no en todos los pacientes hace acto de presencia. La falsa membrana no siempre indica difteria, por otra parte, ya que también la produce el envenenamiento por gas mostaza (v. Guerra química). En la difteria la membrana puede extenderse hacia las fosas nasales, produciendo mal olor y finas descargas nasales acompañadas de sangre, o hacia el tubo respiratorio (v. Tráquea), con peligro de asfixia para el paciente si no se elimina. Como el bacilo produce una toxina, el pulso es rápido y débil, desciende la presión sanguínea y el paciente llega a un estado de agotamiento. Si no se ataja la infección, puede sobrevenir la muerte, entre los cinco y los doce días, por colapso cardiaco (v. Corazón). La toxina puede lesionar también los riñones y paralizar cualquier músculo o grupo de músculos del cuerpo. La forma más frecuente de parálisis afecta a los músculos del paladar, confiere cierta nasalidad a la voz y en el momento de la deglución desvía los líquidos hacia las fosas nasales. La parálisis provocada por la difteria puede afectar también a los músculos del ojo y, si la enfermedad se prolonga hasta cuatro semanas, a los de todo el cuerpo. Véase Parálisis.