Los sintomas del catarro son señales que indican la presencia de esta afección común.
Comienzan con la cerrazón de la nariz, seguida de una descarga líquida, y se acompañan de un dolor en la cabeza, ojos y garganta.
A medida que avanza, pueden aparecer tos y fiebre.
Aunque el catarro suele ser leve y de corta duración, las complicaciones que pueden surgir son las que representan un mayor riesgo para la salud.
síntomas del catarro
Como anunciadores del catarro aparecen la cerrazón de la nariz seguida de descarga líquida y el triple dolor de cabeza, ojos y garganta. Sobrevienen luego la tos y la fiebre. Los catarros en sí no duran
más allá de unos días y raramente son graves. Son las frecuentes complicaciones las que los hacen potencialmente peligrosos. En la nariz y la garganta se localizan generalmente multitud de estreptococos, estafilococos, neumococos y otros microbios, que no son dañinos a menos que acierten a penetrar en el interior de la mucosa. En el curso del catarro, sin embargo, estos microorganismos pueden infectar cualquiera de las estructuras de fácil acceso desde la nariz o garganta, como la trompa de Eustaquio, los oídos medio e interno, la laringe (caja de la voz), la tráquea (conducto del aire) y los pulmones (v. Pulmón). A través de los conductos lagrimales, el revestimiento de la nariz forma un todo con la conjuntiva que reviste los párpados y cubre el globo del ojo. La infección puede extenderse fácilmente a cualquiera de estas estructuras, provocando sinusitis recurrente o una lesión permanente, como la sordera, y hasta una neumonía mortal. Véase Neumonía.
Los síntomas catarrales no deben considerarse a la ligera, especialmente en los niños, ya que son engañosamente similares a las primeras etapas de muchas enfermedades graves contagiosas. Síntomas semejantes ofrecen a la vista la rubéola y el sarampión. El dolor de garganta puede ser precursor de escarlatina, difteria o sarampión. La fiebre es síntoma común a todas las enfermedades contagiosas de la infancia. El rubor de la piel, no infrecuente en los catarros, puede ser la primera señal de una erupción de escarlatina, rubéola y viruela loca.