El término sopista tiene dos acepciones principales.
En primer lugar, se refiere a una persona que anda a la sopa, es decir, alguien que vive de la caridad o de la ayuda ajena.
En segundo lugar, se utiliza para describir a un estudiante que cursa su carrera sin contar con recursos propios, dependiendo exclusivamente de la generosidad de otros.
Ambas definiciones reflejan una situación de dependencia y vulnerabilidad.