El término sprint proviene del inglés y se refiere a una aceleración rápida y enérgica que realiza un atleta al acercarse a la meta en una competición.
Este concepto no solo se aplica al ámbito deportivo, sino que también se ha popularizado en otros contextos, como en la gestión de proyectos, donde representa un periodo corto de trabajo intenso.
En esencia, el sprint simboliza la búsqueda de un rendimiento máximo en un tiempo limitado.