China cuenta con una amplia variedad de suelos que se distribuyen de acuerdo a las diferentes regiones geográficas del país. En el norte, encontramos suelos como el gris desértico en la cuenca del Tarim, los loes pardos y fértiles en la meseta, el terreno forestal pardo en Manchuria y las tierras aluviales productivas de la Gran Llanura del norte. En la región central, la Cuenca Roja destaca por su fértil suelo forestal gris-parduzco, mientras que la llanura y delta del Yang-tse-kiang se caracterizan por sus terrenos aluviales.
suelos y vegetación natural de China
China ofrece gran diversidad de suelos que se corresponden aproximadamente con las regiones fisiográficas.
Los suelos del norte de China incluyen el gris desértico de la cuenca del Tarim, los pardos y fértiles loes de la meseta, el pardo terreno forestal de Manchuria y las productivas tierras aluviales de la Gran Llanura del norte.
En China central, la Cuenca Roja se caracteriza por un fértil suelo forestal gris-parduzco y la llanura y delta del Yang-tse-kiang por terrenos aluviales.
El terreno de China meridional es rojo, abundante a veces en materiales lateríticos.
El Tíbet adolece de terrenos pedregosos, semejantes a los montañosos de la tundra.
La mayor parte de la vegetación natural de China desapareció hace muchos siglos debido al cultivo intensivo de la tierra. Se cree generalmente que China tuvo en otro tiempo bosques mixtos discontinuos de zona templada con variedades caducas y coníferas.
En las regiones montañosas del suroeste, aún se pueden encontrar bosques subtropicales y tropicales, que albergan una rica biodiversidad. Estos bosques incluyen especies como bambúes, rododendros y diversas plantas endémicas que no se encuentran en otras partes del país.
En las áreas más áridas del noroeste, como el desierto de Gobi, la vegetación es escasa y está adaptada a condiciones extremas. Aquí predominan plantas xerófitas como arbustos espinosos y hierbas resistentes a la sequía.
Las zonas húmedas del este, especialmente alrededor del delta del Yangtsé, son conocidas por sus humedales ricos en biodiversidad. Estas áreas albergan una variedad de aves acuáticas, plantas acuáticas y otros organismos que dependen de estos ecosistemas para su supervivencia.
A pesar de la pérdida significativa de vegetación natural debido a la expansión agrícola y urbana, China ha implementado varios programas de reforestación y conservación en las últimas décadas. Estos esfuerzos buscan restaurar los ecosistemas degradados y proteger las especies nativas que aún persisten en el país.