La suplantación implica la acción y efecto de tomar el lugar o función de alguien o algo, haciéndose pasar por este último con o sin su consentimiento.
Este término es ampliamente utilizado en contextos donde se busca engañar o defraudar, especialmente en el ámbito legal y digital.
En el ámbito legal, la suplantación de identidad se considera un delito que consiste en asumir la identidad de otra persona con fines fraudulentos o para cometer algún tipo de crimen.
En el ámbito digital, la suplantación puede referirse a técnicas como el phishing, donde se engaña a los usuarios para que revelen información personal bajo la falsa pretensión de ser una entidad confiable.
La suplantación no solo se limita a individuos, sino que también puede aplicarse a objetos, documentos o cualquier entidad susceptible de ser reemplazada por otra con el objetivo de obtener un beneficio ilícito o causar daño.
Ejemplos de uso: "La suplantación de firmas en documentos oficiales es un delito grave que puede tener severas consecuencias legales".
"En el mundo digital, la suplantación de sitios web es una técnica comúnmente utilizada por ciberdelincuentes para obtener información confidencial".
"El profesor discutió sobre la ética y las implicaciones legales de la suplantación de identidad en su clase de derecho".
"La suplantación de productos de marca por imitaciones afecta negativamente tanto a consumidores como a fabricantes originales".