Una persona suspicaz es aquella que tiende a desconfiar de las intenciones o acciones de los demás, sin necesariamente tener pruebas concretas de ello.
Suele ser alguien que está constantemente alerta y vigilante, buscando posibles indicios de engaño o traición.
Asimismo, la persona suspicaz puede ser también muy observadora y detallista, analizando minuciosamente las palabras, gestos y comportamientos de los demás en busca de posibles señales que le confirmen sus sospechas.
Es posible que sea difícil engañar o sorprender a alguien suspicaz, ya que siempre está buscando posibles motivaciones ocultas o segundas intenciones.
Una persona suspicaz es aquella que tiende a desconfiar de las intenciones o acciones de los demás, sin necesariamente tener pruebas concretas de ello. Suele ser alguien que está constantemente alerta y vigilante, buscando posibles indicios de engaño o traición.
Asimismo, la persona suspicaz puede ser también muy observadora y detallista, analizando minuciosamente las palabras, gestos y comportamientos de los demás en busca de posibles señales que le confirmen sus sospechas. Es posible que sea difícil engañar o sorprender a alguien suspicaz, ya que siempre está buscando posibles motivaciones ocultas o segundas intenciones.
Ejemplos de uso: "Mi amigo es muy suspicaz, siempre está pensando que la gente tiene malas intenciones"
"La maestra se mostró suspicaz cuando los estudiantes le entregaron el trabajo demasiado rápido"
"La mujer fue muy suspicaz al ver a su esposo llegar tarde a casa sin dar ninguna explicación"
"Sus ojos suspicaces rastrearon cada movimiento de aquel extraño en el callejón oscuro"
"Después de haber sido engañada varias veces, desarrolló una actitud más suspicaz hacia los demás".
Origen etimológico de suspicaz: proviene de la palabra latina suspĭcax