El término tabicar se refiere, en su sentido más literal, a la acción de cerrar una puerta o ventana utilizando un tabique, que es un tipo de pared delgada.
Sin embargo, también se utiliza en un sentido más figurado, aludiendo a la idea de cerrar algo que debería permanecer abierto o en funcionamiento, como una oportunidad o un proceso.
Esta dualidad en su significado refleja tanto aspectos físicos como conceptuales de la interrupción.