El tallado y pulido de diamantes es un arte que se remonta a 1456, con centros históricos en Amsterdam y Londres.
Tras la II Guerra Mundial, Estados Unidos y Sudáfrica emergieron como líderes en esta industria.
Este proceso implica el uso de un disco rotatorio cubierto de polvo de diamante para pulir las piedras, así como técnicas modernas que utilizan el roce entre diamantes.
Existen diversas formas de tallado, como el diamante en tabla y el diamante en rosa.
tallado y pulido de diamantes
Se dice que el arte de tallar y pulir diamantes fue descubierto en 1456. Antes de la II Guerra Mundial la industria se concentraba en Amsterdam y Londres. En 1950, los Estados Unidos y Sudáfrica, con Holanda, se consideraban los principales centros de la talla y pulido de piedras grandes.
En el tallado mecánico de diamantes se pulen las piedras en un disco rotatorio cubierto con polvo de diamante y esmeril. Después se fraccionan o sierran a lo largo de las líneas de hendidura. Actualmente el tallado se realiza frotando dos diamantes entre sí hasta que adquieren la forma deseada.
El diamante tallado en forma rectangular, rodeada por cuatro rectángulos menores, recibe el nombre de diamante en «tabla». El tallado sobre base circular plana, con facetas generalmente triangulares, dispuestas en dos órdenes que convergen en un punto, se denomina diamante en «rosa». El «rosa holandés» tiene 24 facetas, mientras que el «rosa Brabante» presenta 12 o menos. El «rosa marquesa» tiene base elíptica y 24 facetas; el «rosa colgante», base piriforme y 24 facetas. La talla más bella del diamante es el «brillante», con 56 facetas además de la tabla y la base. El brillante «siglo xx» consta de 80 a 88 facetas. El 98 % de los diamantes usados como gemas se tallan en forma de brillante. Otras tallas son la «esmeralda», talla cuadrada o rectangular con 50 facetas, y la «varilla», talla rectangular con pocas facetas.