El término tatú se utiliza en Argentina como una voz genérica para referirse a diversas especies de armadillo.
Estos mamíferos, conocidos por su característica piel dura y su capacidad para enrollarse, son parte importante de la fauna local.
El tatú no solo destaca por su singular apariencia, sino también por su adaptación a diferentes hábitats en el país, lo que lo convierte en un símbolo de la biodiversidad argentina.