En la cultura hondureña, el término tecina se refiere a una criada que desempeña las labores domésticas más arduas, como la elaboración manual de tortillas y la molienda de maíz para la preparación de alimentos.
Este vocablo, de origen náhuatl, era utilizado para designar a la mujer encargada de estas tareas en los hogares tradicionales hondureños.
La tecina era una figura clave en la cocina, dedicada a cocinar, abastecer la despensa y realizar diversas labores de limpieza y cuidado del hogar.
f. Hond. Tecina es una palabra de origen náhuatl que significa criada que realiza los trabajos caseros más duros. Se le decía así a la criada también llamada tortillera o molendera.
En la cultura hondureña, la tecina era una figura común en los hogares tradicionales. Era una mujer empleada para realizar las labores domésticas más exhaustivas, como hacer tortillas a mano o moler el maíz para preparar alimentos. Su nombre, "tecina", proviene del náhuatl, idioma que era hablado por los ancestros de los pueblos indígenas de Honduras.
Su labor principal estaba centrada en la cocina, donde pasaba gran parte de su tiempo cocinando, preparando alimentos y asegurándose de que la despensa estuviera abastecida. Además, también se encargaba de la limpieza, lavado de ropa y otras tareas del hogar.