El término temporejar proviene del ámbito marítimo y se refiere a la acción de aguantarse en una situación de temporal, evitando desviarse del destino previsto.
En su primera acepción, implica resistir las inclemencias del tiempo sin perder de vista el rumbo, mientras que en la segunda, se trata de navegar con poca vela, manteniéndose cerca de un lugar específico.
Ambas definiciones reflejan la habilidad de adaptarse a condiciones adversas en el mar.