m. Los termorreceptores son células sensoriales especializadas que se encuentran en la piel y otros tejidos del cuerpo, encargadas de detectar cambios de temperatura.
Estos receptores son responsables de enviar señales al sistema nervioso para que el organismo pueda regular su temperatura interna y responder adecuadamente a los estímulos térmicos del entorno.
Los termorreceptores nos permiten percibir sensaciones de calor, frío y variaciones de temperatura, contribuyendo así a la termorregulación y al mantenimiento del equilibrio térmico del cuerpo.
Algunas de las características de los termorreceptores son:
1. Sensibilidad a la temperatura: Los termorreceptores son sensibles a los cambios de temperatura en el entorno y en el cuerpo, permitiendo al organismo regular su temperatura interna y responder a estímulos térmicos externos.
2. Transducción de señales: Los termorreceptores son capaces de convertir los estímulos térmicos en señales eléctricas que son transmitidas al sistema nervioso central para su procesamiento.
3. Distribución en la piel: Los termorreceptores se encuentran distribuidos en la piel de manera que permiten una detección eficiente de los cambios de temperatura en diferentes áreas del cuerpo.
4. Adaptación al estímulo: Los termorreceptores pueden adaptarse a estímulos térmicos prolongados, lo que significa que su sensibilidad puede disminuir con el tiempo si la temperatura se mantiene constante.