La terrenidad se refiere a la calidad de un terreno, es decir, a las características que lo definen y determinan su uso y potencial.
Esta noción abarca aspectos como la fertilidad, la topografía y la composición del suelo, factores que influyen en su capacidad para sustentar vida y actividades humanas.
Comprender la terrenidad es esencial para la agricultura, la construcción y la planificación del uso del suelo.