El término terreno agarrado se refiere a un tipo de suelo que es duro y compacto, lo que dificulta su manipulación y el crecimiento de ciertas plantas.
Este tipo de terreno puede presentar desafíos para la agricultura y la construcción, ya que su resistencia puede limitar el uso de herramientas y maquinaria.
Comprender esta característica es esencial para quienes trabajan con la tierra o planean proyectos en ella.