La terrosidad se refiere a la calidad de ser terroso, es decir, a aquellas características que evocan la tierra en su textura, color y sabor.
Este término se utiliza comúnmente en el ámbito de la gastronomía y la enología, donde describe matices que aportan profundidad a los sabores, como en el caso de ciertos vinos o platos que incorporan ingredientes como hongos o aceitunas.
La terrosidad enriquece la experiencia sensorial al conectar con lo natural.
Que tiene propiedades (como la textura, color, etc.) típicas de la tierra.
Ejemplo de uso de "terrosidad" en contexto: "este vino destaca por su bouquet no muy intenso pero ya formado, que evoca aceitunas negras, maraschino o kirsch, frutas y hojas secas, tabaco y cierta terrosidad; en boca revela buen cuerpo". Fuente: Viñas Bodegas Y Vinos de Argentina 2008 - Pág 241.
Otro ejemplo de su uso: "La espinaca cremosa tiene un toque de nuez moscada, y su intensidad se equilibra bien con el ácido de la salsa de tomates y la terrosidad de los hongos." Fuente: Daisy - Mañana, Mediodía Y Noche: La Familia Que Come Unida - Pág 27.