La literatura cuneiforme abarca una vasta colección de textos que, aunque numerosos, se pueden clasificar en tres categorías principales.
La más abundante es la de los textos archivales, que incluyen contratos, cartas y decisiones jurídicas, generalmente almacenados en archivos.
Por otro lado, los textos monumentales se grababan en materiales duraderos como piedra o metal, destinados a ser visibles para el público y a perdurar en el tiempo.
tipos de literatura cuneiforme
Aunque numerosísimos, los textos literarios cuneiformes pueden casi todos clasificarse en tres categorías, según el motivo que los inspiró. Los textos de más o menos importancia se preparaban en una o dos copias de arcilla y se depositaban en un archivo, ya se tratara de un inmenso archivo real o privado más modesto. Estos textos, que podemos denominar archívales, forman la categoría más numerosa, puesto que comprenden todos los contratos, cartas, decisiones jurídicas e informes. Si se destinaba un texto a perpetuarse indefinidamente, se grababa en un cilindro de arcilla o, más frecuentemente, sobre piedra y aun sobre metales preciosos, se reproducía en las copias necesarias y se colocaba en las calles y edificios públicos, donde todos pudieran verlo. También solían enterrarse estos textos en los cimientos de los edificios, donde pudieran ser halladas por futuros reconstructores. Entre estos textos, que pueden denominarse monumentales, se encuentran crónicas de los reyes, inscripciones votivas de particulares, sellos en forma de cilindros que las personas importantes usaban para signar documentos (pues sólo los escribas profesionales sabían escribir en aquella época). Por último, si un texto, aunque escrito en una vulgar tablilla de arcilla, encerraba importancia especial, era copiado una y otra vez por sucesivas generaciones de escribas hasta constituir una especie de tradición escrita, o canon, de la literatura mesopotámica. Tal literatura cuneiforme canónica sobrepasa en alcance y extensión, aunque no en profundidad, hasta al mismo Antiguo Testamento y abarca en definitiva todos los campos de la sabiduría antigua. Se encuentran en ella formas tan diversas como mitos, epopeya e historia; salmos, oraciones, encantamientos y ritos; gramáticas, diccionarios y vocabularios; y otros muchos géneros literarios, religiosos o profanos, unos de alcance práctico, otros de intención puramente estética. Quizá el más característico de estos géneros sea el de la literatura adivinatoria. En ella se interpretan largas series de fenómenos naturales, observados en los astros, en las entrañas de los animales y en la apariencia de las personas, lugares u objetos, como buenos o malos agüeros para actividades humanas específicas. En conjunto, los textos archívales, monumentales y canónicos constituyen un único y enorme testimonio de la vida ordinaria, la historia y el pensamiento de los sumerios, babilónicos y asirios a lo largo de 3000 años. Véase Alfabeto; Arameo; Escritura; Jeroglíficos; Lenguaje; Pictografía.