• « Volvió a mirar los campos a través de los cristales de la ventana y pensó: si no volvía a ver al pobre Geppone y, por tanto, no podía pedirle perdón, ¿cómo podría vivir con este tormento? »
• « En todo este tiempo de horrible tormento, para resistir la amenaza de la locura, para no ceder a la tentación espasmódica de arrojarme al suelo y arrancarme la cara, o para huir en la noche y estrellarme contra las rocas, me repetía a mí mismo, con las manos entrelazadas, como se reza una vez: »
• « Todos sus dones más maravillosos, el amor, la belleza, el genio, quiere que los paguemos, y eso es justo. Nunca está inerte, nunca está vacía. Y si no reconocemos la grandeza de su ley, somos como esas viles hembras que, después de un primer hijo, después del desgarro y del tormento sufrido por sus entrañas en una primera maternidad, se niegan a procrear más.... »