El término tragasantos se utiliza en un contexto familiar para referirse a una persona que muestra un comportamiento beato o excesivamente religioso.
Esta palabra, que puede tener un matiz despectivo, sugiere que la persona en cuestión tiende a ser moralista o a exhibir una devoción que puede resultar exagerada.
Así, el tragasantos se convierte en un símbolo de quienes viven su fe de manera ostentosa, a menudo generando reacciones diversas en su entorno.