El tratamiento contra el cáncer es un proceso complejo que se distingue de otros tratamientos médicos.
A diferencia de muchas enfermedades donde el cuerpo puede curarse con apoyo, en el cáncer, las defensas naturales son ineficaces y, en lugar de combatirlo, pueden incluso nutrirlo.
Por ello, la responsabilidad recae en el médico, quien debe emplear métodos como la cirugía o la radioterapia para eliminar las células cancerosas mientras se preservan los tejidos sanos.
El tratamiento del cáncer difiere en un aspecto fundamental del de las demás enfermedades. En la mayoría de éstas es el propio cuerpo el que, ayudado por un tratamiento encaminado a crear condiciones favorables, se encarga de realizar su propia curación. En el caso del cáncer, las defensas del cuerpo son inútiles. El cuerpo no sólo se revela incapaz de destruir el crecimiento, sino que en realidad alimenta al cáncer a expensas de todos los órganos y tejidos sanos. Al médico incumbe, por tanto, toda la tarea de curarlo. Será bueno todo tratamiento que elimine o destruya todas las células cancerosas con el mínimo deterioro de las células y tejidos sanos del cuerpo.
Los únicos medios disponibles para la curación del cáncer son la operación quirúrgica y la irradiación (v. Radioterapia; Cobalto, Bomba, de). Si el cáncer se descubre a tiempo, es decir, cuando todavía se encuentra bien localizado, este tratamiento resulta extremadamente valioso. Cuanto más avanzado se halle el cáncer al iniciarse el tratamiento, menos probabilidades existirán de cura. Los progresos logrados en la cirugía, la radioterapia y la detección precoz han aumentado los índices de curación. Desgraciadamente, en el tratamiento del cáncer extendido no se ha avanzado demasiado. De aquí las intensas investigaciones encaminadas a hallar productos químicos y hormonas capaces de buscar y destruir las células cancerosas en cualquier parte del cuerpo de forma similar a como los antibióticos buscan y destruyen las bacterias.
Mientras tanto sigue siendo la cirugía el tratamiento más extendido y el que proporciona el porcentaje más elevado de curaciones. La probabilidad de curación será mayor si la extirpación se realiza cuando el tumor se encuentra todavía circunscrito a un tejido u órgano. Si se ha extendido a alguna región vecina puede ser exterminado con una intervención quirúrgica más amplia o radical, como ocurre en el cáncer de mama, en que se extirpa también los nodulos linfáticos de las axilas. El progreso conseguido en el tratamiento pre y posoperatorio, así como en las técnicas operatorias y los antibióticos, ha aumentado el valor y eficacia de la intervención quirúrgica.
La radioterapia no surte el mismo efecto en el tratamiento de todos los cánceres, ya que éstos responden a él de muy diverso modo. Para algunos, como los de piel, labio y útero, la radioterapia puede ser más eficaz que la cirugía; en otros, ambos métodos se revelan igualmente útiles; en otros, finalmente, sólo se consiguen resultados positivos con la intervención quirúrgica. En algunos casos la radioterapia se utiliza junto con la cirugía como tratamiento pre y postoperatorio. La aparición de nuevos generadores de rayos X de millones de voltios y del cobalto-60 radiactivo permitió alcanzar las zonas más profundas del cuerpo y aplicar la radioterapia a muchos cánceres que antes escapaban a su acción. Al propio tiempo, el perfeccionamiento de la técnica aumentó la eficacia del tratamiento con menor riesgo de los tejidos circundantes.
Se han podido tratar ciertos cánceres difundidos mediante la inyección en el cuerpo de isótopos radiactivos. El yodo radiactivo, por ejemplo, puede no sólo destruir algunos cánceres de tiroides sino también descubrir y eliminar sus metástasis. El fósforo radiactivo se ha utilizado en el tratamiento del cáncer del sistema linfático y el oro radiactivo en el del cáncer de próstata.
En el cáncer extendido de mama y próstata se emplea la terapia hormonal, dada la influencia que en estos órganos ejercen las hormonas, secreciones internas de las glándulas sin conducto. El tratamiento consiste en la extirpación de las glándulas sexuales y a veces las cápsulas suprarrenales para suprimir la fuente de las hormonas que estimulan el crecimiento de este tipo de cáncer. El tratamiento incluye también el empleo de hormonas femeninas para neutralizar las hormonas masculinas en el caso de cáncer de próstata, hormonas masculinas en el tratamiento de cáncer de mama premenopáusico en las mujeres y de hormonas femeninas en el tratamiento de cáncer postmenopaúsico. En algunos casos se ha logrado alargar la vida un año. Véase Glándulas endocrinas.
El tratamiento del cáncer por quimioterapia implica el uso de productos químicos que destruyan o impidan el crecimiento del tumor sin dañar al enfermo. Las células cancerosas, que difieren de las células normales como lo revela su crecimiento anárquico, difieren también probablemente en sus necesidades alimenticias. El descubrimiento de agentes químicos que puedan matar de inanición o envenenar las células cancerosas parece, pues, que ha de ayudar a la curación o dominio del cáncer. Los agentes químicos operarían de modo similar a como lo hacen los antibióticos en las infecciones bacterianas. Aunque no se han logrado todavía curaciones de cáncer humano a base exclusivamente de drogas, algunos agentes quimicoterapéuticos han prolongado la vida útil de numerosos enfermos. Estos agentes detienen temporalmente el curso de la enfermedad y mitigan el dolor. Han resultado útiles particularmente en el tratamiento de la Leucemia y los linfomas. Entre las drogas utilizadas se encuentran la mostaza nitrogenada, la trietíleno-melamina (TEM) la trietileno-fosforamida (TEPA), la mercaptopurina-6, la ametopterina y la aminopterina.
Cantidad de letras, vocales y consonantes de tratamiento contra el cáncer
Palabra inversa: recnác le artnoc otneimatart Número de letras: 25 Posee un total de 10 vocales: a a i e o o a e á e Y un total de 15 consonantes: t r t m n t c n t r l c n c r
¿Es aceptada "tratamiento contra el cáncer" en el diccionario de la RAE?