El tribunal supremo es la máxima instancia de la justicia ordinaria en un país, encargada de resolver los casos más importantes y complejos.
Su jurisdicción abarca todo el territorio nacional, lo que significa que sus decisiones son definitivas y no pueden ser apeladas ante ningún otro tribunal.
Este órgano garantiza la interpretación y aplicación de las leyes, asegurando así la equidad y el estado de derecho.