El término trotaconventos se utiliza en un contexto coloquial para referirse a una persona que actúa como alcahueta o celestina, es decir, alguien que facilita o promueve encuentros amorosos entre otras personas.
Esta figura, a menudo asociada con la intervención en relaciones sentimentales, puede tener connotaciones tanto positivas como negativas, dependiendo del contexto en el que se aplique.
Su uso refleja dinámicas sociales relacionadas con el amor y la amistad.