La unidad de lugar es una característica esencial en la creación de obras dramáticas y artísticas, que establece que la acción debe desarrollarse en un único espacio físico.
Esta regla, derivada de las enseñanzas de Aristóteles y adoptada en la literatura neoclásica, busca mantener la coherencia y concentración en la trama.
Es una de las tres unidades aristotélicas que guían la estructura de las obras, exigiendo que la representación se limite a un solo escenario para garantizar la integridad y cohesión de la obra.
f. Arte. Cualidad de la obra dramática, o cualquier otra obra, que indica que esta debe representarse en un espacio físico único, sin intentar comprimir la geografía representando más de un lugar.
Es una de las unidades aristotélicas (son tres) derivada históricamente de los pasajes de la Poética de Aristóteles y, posteriormente, con criterios propios de la literatura neoclásica.
Las unidades aristotélicas son reglas literarias, diseñadas especialmente para las obras dramáticas de teatro, pero que pueden aplicarse a otras obras artísticas. Le exigen a una obra cierto carácter unitario.
Las otras dos unidades:
La unidad de acción exige que la obra deba seguir con el curso de una única y principal acción, no desviándose en acciones accesorias o secundarias.
En la unidad de tiempo se exige que la acción no transcurra en un tiempo mayor a 24 horas y que sea lineal, sin saltos temporales al pasado o al futuro.