El uso de centrifugadoras en laboratorios es fundamental para diversas aplicaciones científicas.
La centrífuga de tubos es la más común, diseñada con un eje vertical que sostiene varios tubos de ensayo o probetas.
Este equipo permite separar precipitados y materias suspendidas en líquidos, así como analizar la composición de mezclas líquidas.
Operan a altas velocidades, alcanzando hasta 5000 revoluciones por minuto, lo que facilita procesos esenciales en la investigación.
uso de centrifugadoras en laboratorios
Se emplea más corrientemente la centrífuga de tubos, que consiste en un eje vertical sobre el cual va montado un soporte capaz de sostener dos o más tubos de ensayo o probetas especiales. Se usa de ordinario para recoger precipitados u otras materias suspendidas en un líquido y también para determinar la composición de ciertas mezclas líquidas. Giran a velocidades de unas 5000 revoluciones por minuto.