El término verbo tiene un significado profundo en el ámbito de la teología, donde se refiere a la segunda persona de la Santísima Trinidad, conocida como el Hijo.
En este contexto, el verbo simboliza la manifestación divina y la conexión entre Dios y la humanidad.
Esta noción resalta la importancia del verbo como un elemento central en la comprensión de la fe y la relación con lo sagrado.