El verso alejandrino es una forma poética compuesta por catorce sílabas, divididas en dos partes iguales de siete sílabas cada una.
Este tipo de verso se destaca por su ritmo característico y musicalidad, siendo utilizado principalmente en la poesía épica y dramática.
La estructura del verso alejandrino permite una pausa de sentido en el primer hemistiquio, seguida por la continuación y conclusión de la idea en el segundo hemistiquio, lo que le otorga una cadencia única y un ritmo inconfundible.
Varse de catorce sílabas dividido en dos hemistiquios.
El verso alejandrino es un tipo de verso utilizado principalmente en la poesía épica y dramática. Se caracteriza por tener catorce sílabas, divididas en dos partes o hemistiquios de siete sílabas cada uno. Esta estructura rítmica confiere al verso una cadencia y musicalidad particular, dotándolo de un ritmo inconfundible.
El primer hemistiquio suele presentar una pausa de sentido, marcada por una coma, un punto y coma o un punto. A continuación, el segundo hemistiquio continúa la idea iniciada en el primer hemistiquio, completándola y dándole continuidad.
El verso alejandrino es muy versátil y flexible, permitiendo al poeta jugar con las pausas y las cesuras para crear diferentes efectos rítmicos y expresivos. A través de su ritmo binario y su extensión, el verso alejandrino tiene la capacidad de transmitir ideas y emociones de manera potente y vigorosa.
Este tipo de verso debe su nombre a la poesía francesa de la época medieval, en la cual fue utilizado por el poeta Alejandro de Bernay. Desde entonces, el verso alejandrino se ha empleado en diversas obras literarias de distintas épocas y culturas, destacando especialmente en la poesía de autores como Sor Juana Inés de la Cruz, Rubén Darío y Victor Hugo, entre otros.