La expresión vía muerta se refiere, en el contexto de los ferrocarriles, a una ruta que no tiene salida, es decir, un tramo que termina sin conexión a otras vías.
Este término es importante para entender la organización y funcionamiento de las redes ferroviarias, donde las vías muertas pueden ser utilizadas para el estacionamiento de trenes o como puntos de manipulación de mercancías.