La victimización puede pasar por varias etapas, que pueden variar dependiendo del contexto y la situación específica. Algunas de las etapas comunes de la victimización incluyen:
1. Exposición al riesgo: La persona se encuentra en una situación o entorno que la expone a la posibilidad de ser víctima de un delito, abuso o situación perjudicial.
2. Incidente traumático: La persona experimenta el evento que la convierte en víctima, como un robo, agresión, abuso, etc. Este incidente puede tener un impacto emocional y psicológico significativo en la persona.
3. Impacto inicial: La víctima puede experimentar shock, miedo, confusión, ira, tristeza u otras emociones intensas como respuesta inmediata al incidente traumático.
4. Reacción a largo plazo: La víctima puede experimentar efectos a largo plazo del incidente, como trastorno de estrés postraumático, ansiedad, depresión, dificultades para confiar en otros, entre otros.
5. Recuperación: La víctima puede buscar apoyo, terapia, recursos legales o sociales para ayudar en su proceso de recuperación y superación del impacto del incidente traumático.
Es importante tener en cuenta que cada persona y situación es única, por lo que las etapas de victimización pueden variar en cada caso.
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