El cangrejo de río es un crustáceo fascinante que habita en ambientes acuáticos y se caracteriza por su habilidad para construir refugios en la arena o el fango.
Como depredador natural, se oculta durante la noche, esperando a sus presas, que son atrapadas con sus poderosas pinzas.
Su dieta incluye tanto animales vivos como materia orgánica en descomposición.
Además, su coloración protectora le permite camuflarse y evadir a sus enemigos.
vida, carcterísticas y costumbres del cangrejo de río
El cangrejo de río hace hoyos en la arena o en el fango o se construye un refugio bajo las piedras. Depredador por naturaleza, se oculta durante la noche a la entrada de su guarida o en otro lugar seguro, aguardando a sus presas. Las incautas víctimas son atrapadas por las poderosas pinzas del crustáceo, que al punto las desmenuza y devora. Cuando no logra obtener animales vivos, se alimenta de materia orgánica putrescente y de plantas acuáticas. Evita a sus enemigos mediante una coloración protectora que le permite confundir su color con el fondo o retrocediendo rápidamente en virtud de un hábil impulso de su cola.
Morfología externa. El cuerpo del cangrejo está cubierto por un exosqueleto resistente compuesto de quitina y otras materias (v. Quitina).
El exosqueleto es rígido, y sólo se dobla en las articulaciones.
Hay 18 segmentos o metámeros entre la boca y el extremo posterior llamado telson. Los cuatro primeros segmentos están soldados para formar la cabeza, los ocho siguientes constituyen el tórax y los seis restantes, junto con el telson, componen el abdomen. Cabeza y tórax reunidos reciben el nombre de cefalotórax. Cada uno de los metámeros abdominales consta de varias partes; una placa dorsal curvada o tergo, otra estrecha llamada esternón, situada en la cara ventral, y una pequeña placa, la pleura, a cada lado. El esternón está unido por una fina membrana. En la parte anterior de la cabeza, no considerados como segmentos del cuerpo, hállanse un par de filamentos multiarticulados llamados anténulas cuyas funciones son gustativas, táctiles y de equilibrio.
En cada metámero se implanta un par de apéndices articulados. Los primeros auténticos apéndices son las largas antenas, que también son órganos sensoriales móviles. Los apéndices siguientes son las mandíbulas: el primer par de maxilas, que dirigen el alimento hacia la boca, y el segundo par de maxilas, cuya misión consiste en hacer circular el agua por la cámara branquial. Los apéndices torácicos comprenden los primeros, segundos y terceros maxilípedos, todos los cuales sirven para desmenuzar los alimentos y conducirlos a la boca. Los maxilípedos segundos y terceros poseen branquias. El cangrejo de río tiene cinco pares de patas ambulatorias; de ellas los cuatro primeros presentan branquias y los dos primeros pares tienen, además, pinzas que utilizan indistintamente con fines defensivos y ofensivos. A partir del quinto par de patas ambulatorias, faltan las branquias.
El orificio sexual femenino se halla en la base del tercer par de patas ambulatorias, mientras que el masculino se abre en la base del quinto par. Los cinco primeros segmentos abdominales tienen apéndices nadadores y el sexto es el urópodo. Los dos primeros pares de apéndices masculinos están modificados para transportar los espermatóforos; los de la hembra casi no tienen función alguna. Los pares de apéndices nadadores tercero, cuarto y quinto dirigen una corriente de agua hasta las branquias y en las hembras acarrean los huevos. El urópodo se emplea para nadar hacia atrás y forma, con el telson, la cola del cangrejo.
Morfología interna. Este crustáceo posee varios aparatos característicos. El tubo digestivo se inicia donde los alimentos son separados por los maxilípedos y conducidos a la boca, desde donde pasan, a través de un corto esófago, al estómago. La cámara anterior del estómago contiene una porción cardiaca y una molleja, tapizada por dientes quitinosos que trituran y pulverizan los alimentos. Estos pasan entonces a las glándulas digestivas, las cuales segregan los fermentos necesarios para la digestión, y luego, a través de la cámara posterior o pilórica del estómago, se encaminan al intestino, donde tiene lugar la absorción. Finalmente los excrementos se expulsan por el ano. Los residuos nitrogenados y el exceso de agua son extraídos de la sangre por las glándulas verdes y eliminados a través de poros excretores especiales.
El cangrejo de río respira por medio de cierto número de branquias pares; algunas de ellas se implantan a los lados del tórax, otras a la parte basal de los maxilípedos y de las patas ambulatorias y todavía hay otras insertas en las membranas entre las patas. El agua, dirigida hacia las branquias por los movimientos del segundo par de maxilas y los de los apéndices nadadores terceros, cuartos y quintos, penetra en la cámara branquial por los bordes libres del caparazón. Cuando el agua pasa por las branquias tiene lugar un cambio de anhídrido carbónico y oxígeno entre los capilares de las branquias y el agua ambiente.
El aparato circulatorio del cangrejo de río se llama abierto porque la sangre no se limita a pasar por los vasos y fluye a través del cuerpo. Comprende un corazón, arterias y cierto número de cavidades o senos entre los tejidos. Cuando los músculos del corazón están relajados, la sangre aireada contenida en el seno pericárdico penetra en el corazón a través de tres pares de orificios valvulares llamados ostiolos. Mediante la contracción de los músculos cardiacos la sangre es forzada al interior de las arterias desde las cuales se distribuye por todas partes del cuerpo. La sangre vuelve desde los tejidos mediante senos que van confluyendo en el gran seno esternal, desde donde pasa a las branquias; aquí tienen lugar los cambios gaseosos. Entonces la sangre oxigenada vuelve al seno pericárdico mediante un sistema de canales. La sangre del cangrejo de río se compone de un plasma casi incoloro que contiene en suspensión células sanguíneas blancas, ameboides, y una sustancia llamada hemocianina capaz de absorber el oxígeno.
Los elementos principales del sistema nervioso central son el cerebro y dos conectivos periesofágicos que se unen para formar la cadena nerviosa ventral. El cerebro, que está compuesto por ganglios reunidos pertenecientes a los tres primeros segmentos, envía nervios a los ojos, anténulas y antenas. Debajo del esófago se encuentra el ganglio infraesofágico que manda nervios a las piezas bucales, maxilípedos, glándulas verdes, esófago y músculos torácicos. Uniendo el cerebro y el ganglio infraesofágico y pasando a cada lado del esófago hállanse los conectivos periesofágicos. La cadena nerviosa contiene cierto número de ganglios, situados en los diferentes segmentos, los cuales envían nervios a los músculos y apéndices de los metámeros restantes. Los órganos sensoriales comprenden un par de ojos compuestos, cada uno de los cuales contiene unos 2500 ojos; en las anténulas residen los órganos del equilibrio; el tacto y el gusto están localizados en sedas implantadas en los apéndices y en otras partes del cuerpo.
Los sexos están separados y el abdomen de la hembra es más ancho que el del macho. La hembra posee ovarios pares y oviductos que conducen a los orificios sexuales; el macho, testículos pares y conductos deferentes, también en número de dos. La época de la reproducción varía con las especies y con el clima, pero suele coincidir con la primavera. Durante la cópula el macho coloca los espermatóforos en los receptáculos seminales femeninos. Los espermatozoides pueden ser acarreados durante algún tiempo antes de que se pongan los huevos. Éstos, que miden unos 2 mm de diámetro, alcanzan el número de 200 a 400 y son fecundados inmediatamente después de la puesta. Los huevos fecundados permanecen adheridos al abdomen de la hembra por una secreción pegajosa y son acarreados por ella de esa forma hasta que nacen las crías entra las dos y cinco semanas en la mayoría de especies. Unos días después de nacer los jóvenes sufren la primera muda. Durante los dos primeros meses de su vida pueden mudar seis o más veces y alcanzar una longitud de 35 a 50 mm. Después de los dos primeros meses mudan dos o tres veces al año, los adultos con menor frecuencia.
