La vida espiritual se refiere a un modo de vivir que se orienta hacia la búsqueda de la perfección cristiana.
Implica la práctica de valores y principios que nutren el alma, promoviendo una conexión más profunda con lo divino y con uno mismo.
Este estilo de vida fomenta el crecimiento personal y la reflexión, guiando a las personas hacia un propósito más elevado y significativo en su existencia.