El término vino seco se refiere a aquel tipo de vino que carece de un sabor dulce, lo que significa que su contenido de azúcares residuales es muy bajo o inexistente.
Esta característica lo distingue de los vinos dulces o semi-secos, ofreciendo una experiencia de degustación más ácida y frutal.
Los vinos secos son ideales para acompañar comidas, ya que su perfil de sabor resalta los matices de los platos.