El término vulto se refiere, en su acepción más antigua, al rostro o cara de una persona.
Aunque hoy en día esta definición está en desuso, su uso en el pasado reflejaba una forma poética y literaria de referirse a la apariencia facial.
A pesar de su obsolescencia, el concepto de vulto evoca una conexión con el lenguaje y la cultura de épocas anteriores, donde cada palabra tenía un peso significativo en la comunicación.