Mit. En la mitología griega, Xanto, Janto o Xanus es el nombre de un caballo inmoral hijo del dios del viento Céfiro y la harpía Podarge.
Xanto y su hermano Balio fueron un regalo que Poseidón le dio a Peleo y Tetis en su famosa boda. Luego Xanto sería heredado al hijo de ambos, el célebre Aquiles, que lo tenía en alta estima. Otra versión de la mitología dice que Xanto fue un regalo de Atenea, que admiraba las habilidades guerreras de Aquiles.
Durante la guerra de Troya, el caballo Xanto causaba admiración a todos los que lo veían, dejando claro que se trataba de una especie superior.
Xanto era descrito como un caballo de color dorado, con una majestuosa apariencia y una gran fuerza. Era considerado uno de los mejores caballos en toda Grecia, conocido por su velocidad y resistencia en el campo de batalla. Su pelaje dorado brillaba bajo el sol y su presencia imponía respeto entre sus compañeros y enemigos.
Se decía que Xanto poseía cualidades divinas, ya que era hijo de un dios y una criatura mítica. Su linaje y sus habilidades lo convertían en un verdadero tesoro para aquellos que tenían el privilegio de montarlo en la guerra. Aquiles, siendo uno de los héroes más valientes de la guerra de Troya, confiaba en Xanto para llevarlo a la batalla y le atribuía parte de su éxito en las victorias obtenidas.
Sin embargo, a pesar de su estatus casi divino, Xanto también fue vulnerable, como cualquier ser viviente. Durante el asedio de Troya, mientras Aquiles luchaba en el campo de batalla, el caballo sufrió una herida en una de sus patas. Esta lesión afectó su desempeño y su capacidad de movimiento, disminuyendo su valor como guerrero.
Aunque Xanto era un caballo excepcional, no pudo escapar al destino trágico de Aquiles. Después de la muerte de su dueño en la guerra de Troya, se dice que el caballo lamentó profundamente la pérdida y se negó a comer o beber, sucumbiendo finalmente a la tristeza y muriendo junto a su amado amo.
La historia de Xanto, el caballo inmortal, es un recordatorio de la conexión entre los héroes y sus compañeros en el campo de batalla. Su presencia en la mitología griega resalta la importancia y la estrecha relación entre los humanos y los animales, y cómo estos últimos también pueden ser considerados seres excepcionales. Su historia perdura en la memoria colectiva como un símbolo de lealtad y sacrificio.
Etimología u origen de la palabra xanto: proviene del griego antiguo "Ξάνθος" (Xanthos), que significa "rubio" o "amarillo". En la mitología griega, se utilizaba este término para referirse a caballos con un pelaje de color amarillo o dorado.