Xiuhtecuhtli, cuyo nombre se traduce como "Señor del Turquesa" o "Señor del Año", es una de las deidades más importantes y veneradas dentro del panteón mesoamericano, especialmente entre los toltecas y los aztecas.
Este dios es la personificación del fuego, elemento esencial para la vida y la civilización, simbolizando tanto la destrucción como la renovación y purificación.
Su dominio abarca desde el fuego doméstico y el calor necesario para cocinar los alimentos hasta el fuego celestial representado por el sol.
Máscara de mosaico turquesa de Xiuhtecuhtli, el dios del fuego. Azteca o mixteca (1400-1521 d.C.), en el Museo Británico. CC
En la cosmovisión azteca, Xiuhtecuhtli jugaba un papel crucial en los rituales y ceremonias relacionados con el tiempo y los ciclos cósmicos.
Se le consideraba el guardián del centro del universo y se le asociaba con el paso del tiempo, siendo a menudo representado en las festividades que marcaban el inicio de un nuevo ciclo o "xiuhmolpilli", que ocurría cada 52 años y era motivo de grandes celebraciones y renovaciones.
La iconografía de Xiuhtecuhtli lo muestra frecuentemente portando atributos relacionados con su dominio sobre el fuego, como un bastón encendido o una antorcha, y vestido con ornamentos de turquesa, material que tenía un profundo significado simbólico para los pueblos mesoamericanos.
También se le representa con un rostro pintado de rojo, aludiendo a las llamas, y a veces con una corona en forma de mariposa o un tocado de plumas de quetzal, símbolos de su poder renovador y su conexión con el calor vital del sol.
Además de ser adorado individualmente, Xiuhtecuhtli formaba parte de diversas parejas divinas y tenía conexiones con otros dioses importantes, como Tlaloc, dios de la lluvia, con quien compartía el control sobre los elementos esenciales para la agricultura.
Sus templos eran centros de culto donde se realizaban ofrendas y sacrificios para apaciguar su ira o ganarse su favor, asegurando así la protección contra incendios destructivos y garantizando el calor necesario para la vida.
La veneración a Xiuhtecuhtli refleja la profunda relación que tenían las culturas tolteca y azteca con los elementos naturales, reconociendo en ellos fuerzas divinas que regían sus vidas y su entorno.
Escultura de piedra que representa la figura sentada de Xiuhtecuhtli, el dios azteca del fuego. 1325-1521 d.C. Museo Británico, Londres. CC